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Estás a punto de prepararte una deliciosa pizza y tu horno te falla cuando más lo necesitas? En este artículo, te mostramos qué podría estar pasándole a tu horno y cómo puedes solucionar tu problema.

 

  1. El horno no calienta

Uno de los problemas más frustrantes es cuando el horno no calienta. Esto suele deberse a un fallo en la resistencia o en el termostato. La resistencia es la encargada de generar el calor, y si está quemada o desgastada, el horno no alcanzará la temperatura necesaria. Para solucionarlo, lo ideal es revisar si la resistencia está rota o quemada, y si es así, reemplazarla. Si el problema está en el termostato, es recomendable que un técnico lo revise y lo ajuste o sustituya.

  1. Calentamiento desigual

Si notas que los alimentos se cocinan de manera desigual, es posible que el horno no esté distribuyendo bien el calor. Esto puede deberse a una resistencia inferior o superior que no está funcionando correctamente o a un ventilador de convección defectuoso, en el caso de los hornos que incluyen esta función. Verifica si ambas resistencias funcionan al encender el horno. Si no lo hacen, será necesario sustituir la resistencia averiada. Si tienes un horno con ventilador y notas que no distribuye el calor de manera uniforme, el problema podría estar en el motor del ventilador, que puede necesitar reparación o reemplazo.

  1. El horno tarda mucho en calentar

Cuando el horno tarda más de lo normal en alcanzar la temperatura deseada, puede indicar un problema con las resistencias o una mala calibración del termostato. Una posible causa es que una de las resistencias no está funcionando correctamente, lo que reduce la capacidad del horno para generar calor rápidamente. Si este es el caso, la solución es cambiar la resistencia dañada. En otros casos, una mala instalación eléctrica o una pérdida de calor por la puerta del horno podrían ser las causas, lo que requeriría revisar la conexión eléctrica y el sello de la puerta.

  1. El horno no se apaga

Si el horno sigue funcionando incluso después de haberlo apagado, esto puede ser un signo de que hay un fallo en el control del termostato o en el interruptor de apagado. A veces, el interruptor se queda atascado, lo que impide que el horno se apague por completo. Para solucionarlo, revisa el botón o la perilla de apagado. Si el problema persiste, es probable que haya que reparar o reemplazar el termostato o el panel de control del horno.

  1. Puerta del horno que no cierra bien

Una puerta que no cierra correctamente puede generar problemas de cocción, ya que el calor se escapará, haciendo que el horno no mantenga una temperatura estable. Esto puede deberse a bisagras desalineadas o a un sello de la puerta desgastado. Para solucionarlo, primero verifica si las bisagras están dobladas o desajustadas y ajústalas si es necesario. Si el problema está en el sello de la puerta, puede reemplazarse fácilmente por un nuevo sello que garantice que la puerta quede herméticamente cerrada.

  1. El horno hace ruidos extraños

Un horno que emite ruidos inusuales, como golpes o zumbidos, durante su funcionamiento puede ser preocupante. Este tipo de ruidos suele deberse a un problema con el ventilador, que puede estar obstruido por grasa o restos de comida, o a un motor del ventilador defectuoso. Para solucionarlo, es importante revisar y limpiar el ventilador regularmente. Si los ruidos continúan, podría ser necesario reemplazar el motor del ventilador.

  1. La pantalla o los botones del horno no responden

Muchos hornos modernos cuentan con paneles digitales o botones táctiles. Si la pantalla o los botones no responden, puede ser un problema del panel de control o de la placa electrónica interna. En algunos casos, una simple reiniciada del horno (desconectándolo de la corriente eléctrica por unos minutos) puede resolver el problema. Sin embargo, si el problema persiste, será necesario revisar la placa electrónica y posiblemente reemplazarla.

 

Mantenimiento preventivo para evitar averías

 

Un buen mantenimiento puede prevenir muchos de estos problemas. Limpiar regularmente el interior del horno, especialmente alrededor de las resistencias, ayuda a evitar la acumulación de grasa y restos de comida que pueden afectar su rendimiento. Además, es recomendable revisar periódicamente las juntas y las bisagras de la puerta para garantizar que el calor no se escape durante la cocción.

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